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La industria textil en México es cada vez más consciente de los impactos ambientales derivados de sus producciones, sin embargo, cada vez más empresas del sector aplican medidas amigables con el medio ambiente. Una de ellas es usar fibras ecológicas. Actualmente existe una amplia variedad de fibras, tanto vegetales como animales, que no impactan negativamente al medio ambiente. Si desean conocerlas, continúen entonces con esta publicación.

Impactos negativos de la industria textil

En el pasado, los textiles obtenidos de fuentes animales y vegetales eran una necesidad primaria de la humanidad, ya que les cubría de los factores externos, sin embargo, se convirtió en un objeto de vanidad con el transcurrir del tiempo, y actualmente es usado con fines estéticos. Este proceso, que va de la necesidad al gusto, influyó en el incremento de las producciones textiles e implementó innovaciones, como el uso de celulosas derivadas del petróleo. El aumento de la producción creó la necesidad de usar fibras sintéticas, como nylon, elastano y poliéster.

Estos cambios y los avances tecnológicos en la industria textil derivaron en el aumento de sustancias químicas, como fenoles, sulfatos y ácidos, que son usados para tratar las fibras. Se trata de una situación poco favorable, ya que la obtención de fibras naturales se relaciona con el uso de pesticidas, que son dañinos para la salud, el agua potable y la biodiversidad. Afortunadamente, son cada vez más las empresas textiles que utilizan opciones más ecológicas, que intentan disminuir los efectos adversos de la producción de fibras naturales.

Ahora bien, ¿qué caracteriza a una fibra textil ecológica? Para que sea un textil certificado como ecológico, es importante que su elaboración disminuya los impactos ambientales, además, que implique un uso racional de los recursos naturales y la energía. Su producción debe considerar reciclar agua, usar cultivos hidropónicos, conservar las características naturales de la materia prima, evitar procesos químicos, procurar procesos mecánicos y usar productos biodegradables.

Fibras vegetales ecológicas

Las fibras vegetales son aquellas extraídas de vellosidades de semillas, cáscaras o follajes. Algunos ejemplos ecológicos que son cada vez más utilizados por la industria textil en México, son los siguientes:

Algodón orgánico

Cultivar algodón convencional implica grandes cantidades de pesticidas, en cambio, la versión orgánica es sostenible. Es importante que los textiles de algodón orgánico sean tratados adecuadamente en todo el proceso de producción para que no dejen su huella. Tienen que teñirse con colorantes naturales, no tratarse con químicos para protegerlas de las arrugas. Lo recomendable es dejar los tonos con los que crece el algodón de forma natural, como café claro, crema y verde pálido.

Bambú

No requiere pesticidas para crecer, además, se desarrolla más rápido y fácil que el algodón orgánico. Los productores enfatizan su propiedad antibacterial y repelente de olores. La fibra de bambú tiene una suavidad similar a la de la seda, transpira, protege contra los rayos UV y su producción es sostenible. Es también hipoalergénica, de bajo precio, conserva su olor fresco y no pierde sus propiedades tras muchas lavadas. Tales características han hecho que empresas como PandaSnack y Bambooclothing se hayan vuelto sostenibles y usen fibra de bambú en sus productos.

Pulpa de madera

Su nombre genérico es Lyocell, además, es reciclable y biodegradable. Su producción implica bajas emisiones de carbono, y menos uso de agua y energía en comparación con las fibras convencionales. No requiere químicos para blanquear y no se arruga, lo que evita el uso de planchas. Puede usarse la hidroponía como técnica de cultivo, que es una práctica sustentable e importante para la industria textil.

Soya

Las fibras obtenidas del frijol de soya son sedosas, suaves y antibacterianas, por tal motivo es excelente para ropa interior. Es importante que el textil esté certificado y que se eviten mezclas menos ecológicas, como soya con algodón o poliéster.

Cannabis

Muchos la consideran como la fibra ecológica por excelencia, ya que no necesita químicos para cultivarse. Puede utilizarse para manufacturar telas suaves y cuerdas resistentes. Se trata de un producto no regulado, lo que dificulta conocer los químicos usados para su producción. Actualmente, hay proyectos gubernamentales que lo consideran, por ejemplo, los proyectos emprendidos por el gobierno chino, que ve en el cannabis una buena fibra para productos militares.

Lino

Su producción implica pocos pesticidas. Para garantizar su carácter ecológico, debe teñirse con colorantes naturales y evitarse las producciones económicas, que requieren tratamientos químicos.

Maíz, coco y piña

Las fibras se fabrican con desechos de estos productos orgánicos y no implica el uso de derivados del petróleo. En comparación con los cultivos convencionales, no necesitan pesticidas y no desgastan la tierra. Requieren menos de la energía necesaria para crear fibras a partir de algodón convencional.

Fibra de coco

Es una fibra dura como el henequén y se compone por celulosa y leño con baja conductividad al calor y resistencia al agua, bacterias e impactos. Si bien es usada ampliamente por la industria de la construcción por su capacidad de aislar ruido y calor, la industria textil en México usa la fibra de coco para fabricar hilos, redes de pesca y rellenos para muebles.

Yute

Posee un brillo sedoso y dorado, por lo que se conoce como fibra dorada. Se trata de un cultivo de secano, que requiere pocos plaguicidas y fertilizantes, además, posee rendimientos de aproximadamente dos toneladas por hectárea. Cabe mencionar que es una de las fibras más baratas de producir.

Fibras animales

La producción de fibras de origen animal incluye lanas, pieles, filamentos proteínicos y beyones. Algunos ejemplares ecológicos usados por empresas textiles en México son los siguientes:

Seda

Su producción es completamente natural, debido a que se obtiene a partir de gusanos, sin embargo, tiene un inconveniente: los gusanos, cuando ya no producen seda, son tirados vivos en un tanque de agua caliente. Afortunadamente, existe la fibra pacífica, que se fabrica con los revestimientos de los gusanos, que se recogen cuando las mariposas huyen. Para ser sostenible, deben usarse tintes naturales y evitar los procesamientos químicos.

Cashmere

Se obtiene del pelaje de cabras de Cachemira, una especie que vive en el Himalaya, pero puede criarse en todo el mundo. El cashmere es asequible y se ha popularizado. Algunas empresas lo mezclan con otras fibras para mantener su bajo precio, por ejemplo, poliéster, además lo tiñen con químicos cancerígenos. Los productores ecológicos deben evitar estas prácticas para beneficiar a los consumidores y al medio ambiente.

Alpacas

Viven en los Andes y no necesitan tratarse con antibióticos, además, su lana no requiere insecticidas, es asequible y duradera. Las alpacas no comen mucho y son autosuficientes, es decir, su forma de vida es sostenible en sí misma, lo que puede aprovecharse para obtener lana ecológica.

Piel de Salmón

Es similar a la piel de las serpientes, sin embargo, es suave y flexible. Tiene mayor resistencia que la piel de vaca, además, es más ecológica. Un ejemplo de empresa sostenible es Es-Salmon Leather, que utiliza la piel desechada por la industria salmonera para fabricar textiles y tapices.

Chitina de esqueleto de cangrejo

Japón y China cuentan con tecnologías que permiten usar los exoesqueletos de los cangrejos para obtener fibras de alta calidad. Los exoesqueletos eran desechados y generaban mucha contaminación, sin embargo, actualmente son excelentes para crear textiles y apósitos medicinales para promover la curación.

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